Las bacterias que causan esta enfermedad tienen su hábitat natural en aguas estancadas, y proliferan en general en ambientes cálidos y húmedos.
La mayor fuente de contagio para las personas lo constituyen los sistemas de agua y aire acondicionado de los grandes edificios como oficinas, hospitales, hoteles, centros comerciales, spas... Las bacterias se inhalan al respirar y comienza la infección.
Desde finales del siglo XX la legionela es una enfermedad de declaración obligatoria. En España se estima una incidencia en torno a 3 casos por 100.000 habitantes/año.
A nivel particular no se pueden tomar medidas para prevenir la infección. Revisar y mantener en las mejores condiciones los sistemas de agua y refrigeración de los edificios que, como se ha comentado, son los focos de infección, es la única forma de evitar el desarrollo de las bacterias que originan la enfermedad.
Nunca se ha demostrado que exista riesgo de infección de una persona a otra.